Las Pesadillas

Me encantan las pesadillas. Sobre todo las de los demás ;) Me encantan, porque en mi experiencia son un reflejo de aspectos de la persona, que quieren ser vistas urgentemente. Pueden señalar aspectos muy diversos, que no necesariamente tratan de hechos traumáticos o difíciles de digerir. Simplemente, es el inconsciente que quiere que la persona se dé cuenta de algo importante en su vida actual. Y muchas veces se muestra detrás del depredador, la bestia, el terror, una parte muy tierna y sensible de la misma persona soñadora. Esto tiene su lógica, ya que ante un (posible) daño, el ser humano se crea su coraza de protección. En mis sesiones en las que la persona me comparte sus pesadillas, las pongo con mucho cuidado y acompañamiento emocional en contacto con esos personajes que tanto miedo les dan. Y no solo es la sorpresa de destapar el tesoro, que se esconde detrás del terror, sino también va en la mayoría en los casos acompañado por un cese de las pesadillas. Se transforman o simplemente dejan de aparecer. Así, una vez más puedo confirmar, igual que en las constelaciones familiares: solo se puede curar lo que se puede mirar. Si miras la bestia a los ojos, le das la oportunidad de ver al cachorro juguetón que se esconde detrás de ella. En este sentido te animo a abrazar a tus pesadillas y darles un buen lugar dentro de tí.

Por el otro lado, las pesadillas pueden tener un interesante efecto colateral: A veces, la persona soñadora siente un malestar tan fuerte durante el sueño, que se da cuenta, de que esto solo puede ser un sueño y así entra en un sueño lúcido.